Y a todo esto, ¿qué tienen que ver las espadas con el futuro energético del mundo?, va la historia:
En un artículo de Bloomberg se señala que solamente existe una fábrica en el mundo capaz de producir la parte central del contenedor de un reactor nuclear en una sola pieza lo que reduce la posibilidad de una fuga radioactiva, pues resulta que esta fábrica también produce el acero Tamahagane utilizado en la fabricación de las espadas de samurái más finas del mundo. El alto contenido de carbón en el acero Tamahagane y el proceso de fundición hace que sea un material de muy alta calidad para la fabricación de espadas y de contenedores nucleares. Es un monopolio que hace salivar hasta a Carlos Slim.
Dada la complejidad para la fabricación de los contenedores nucleares, anualmente sólo se pueden hacer cuatro por lo que si alguna empresa o gobierno está pensando en contruir un reactor nuclear para el año 2015 tendrá que ir preparando desde hoy un enganche de 100 millones de dólares. El costo total de esta pieza de metal puede llegar a los 350 millones. Se prevee que la escasa oferta de estos contenedores nucleares frenará la expansión planeada de la energía nuclear.
El forjador de espadas Tanetada Horii señala que las espadas Samurái contienen la esencia de la tecnología para fabricar el acero y que heredaron esa tecnología por lo que no quieren difundirla fuera de Japón.
Rusia es el único país en el mundo que no depende de los contenedores japoneses.